Esta es la segunda parte de las cuatro en las que está dividido el relato del Camino de Santiago entre Cap de Creus y Fisterra en BTT:
Parte 1: de Cap de Creus (día 1) a Cervera (día 5)
Parte 2: de Cervera (día 6) a Soria (día 10)
Parte 3: de Soria (día 11) a Rabanal del Camino (día 15)
Parte 4: de Rabanal del Camino (día 16) a Fisterra (día 20)
Día 6, de Cervera a Fraga (05/05/2022)
Salgo de Cervera entre la niebla, algo muy habitual en estas comarcas, y con la temperatura más baja desde que inicié este camino. Más tarde, sobre las 11 de la mañana, la niebla se ha levantado, ha acabado saliendo el sol y por la tarde ha hecho mucho calor, el día más caluroso desde que empecé, ¡tierra de contrastes térmicos!
Y así, entre la niebla, he visto a lo lejos a un peregrino a pie, el primero con el que me cruzo en estos primeros seis días de ruta. Al pasar junto a él hemos hablado un rato. Salió de su casa en el Prat de Llobregat, cerca de Barcelona, con idea de hacer el Camino Catalán por San Juan de la Peña hasta Pamplona, luego de ahí a Hendaya por el Camino del Baztan y a continuación el del Norte hasta Santiago y prolongación a Fisterra para posteriormente regresar por el Primitivo a Oviedo, el Camino del Salvador a León, seguir el Francés hasta Logroño y de ahí vuelta a casa por el Camino Catalán por Zaragoza. ¡3.000 km a pie en 90 días! Estoy agotado solo de escribirlo…
Comentamos caminos hechos y por hacer y nos separamos, para siempre o hasta que nos volvamos a cruzar en alguna ruta hacia Compostela, ¡buen camino, amigo!

Siempre entre la niebla cruzo El Talladell, un pequeño núcleo con algunas casas tradicionales de piedra, y entro en Tàrrega, capital de la comarca del Urgell. En esta población el Camino de Santiago se divide en dos alternativas. Una es el llamado Camino Catalán por San Juan de la Peña que desde aquí va hacia Monzón, Huesca y Puente la Reina (Navarra), donde enlaza con el Camino Francés. Otro, el que yo seguiré, va hacia Lleida y Zaragoza para después seguir el curso del Ebro hasta Logroño, donde conecta con el Francés. Yo, aunque efectivamente iré por Zaragoza, no llegaré a Logroño sino que tomaré otra alternativa, pero eso ya lo explicaré a su debido tiempo.

Toda la jornada atraviesa zonas agrícolas en las que abundan especialmente las explotaciones de cereal y de árboles frutales. Es un área muy fértil gracias a la construcción a mediados del siglo XIX del Canal de Urgell que transporta las aguas del río Segre durante 144 km entre Ponts y Montoliu de Lleida, permitiendo el regadío en 70.000 hectáreas de cinco comarcas de la provincia de Lleida. En varios momentos del día el Camí de Sant Jaume circula paralelo al canal, siendo tramos en los que encuentro bastantes zonas de barro.

Si ayer fue una etapa mayoritariamente por asfalto hoy, al contrario, han predominado las pistas agrícolas de tierra combinadas muy ocasionalmente con tramos de carreteras locales. Desde Tàrrega voy circulando entre cultivos durante más de 20 kilómetros hasta El Palau d’Anglesola y cruzando algunas tranquilas poblaciones rurales como Vilagrassa, Anglesola o Castellnou de Seana. En la plaza mayor de ésta última alguien ha adornado los árboles con curiosas fundas hechas de punto de cruz…

Desayuno en El Palau d’Anglesola y continúo hacia Lleida. El terreno es muy llano, tanto que en los 60 km que hay entre Cervera y la capital de la provincia solo hay 70 metros de desnivel positivo, poco más de un metro por kilómetro. Sin embargo el viento constante de cara impide avanzar excesivamente rápido.

Tras cruzar un gran polígono industrial llego a Lleida donde la ruta avanza paralela al río Segre hasta entrar en el casco antiguo por el arco del Pont y recorrerlo por la calle Mayor. Aprovecho para parar a comer un bocadillo, sacar cuatro fotos de la Paeria (como se conoce aquí al ayuntamiento) y de la catedral y proseguir mi camino.

A la salida de la ciudad se sigue durante ocho kilómetros un camino señalizado paralelo al río Segre, un cambio momentáneo respecto al paisaje agrícola del resto del día.

A partir de Butsenit me alejo definitivamente del río para seguir entre un mar de frutales hasta Alcarràs, la última población de Lleida que se cruza en este camino. Unos kilómetros después se abandona Cataluña y se entra en Aragón, en la provincia de Huesca. Enseguida se aprecia que los carteles han cambiado de estilo y de idioma.
En estos últimos kilómetros del día hay que superar dos pequeños “altos”. No son gran cosa, apenas 100 metros de desnivel cada uno, pero en una etapa prácticamente llana es un esfuerzo extra que hay que afrontar cuando ya llevo en mis piernas 85 kilómetros. De hecho entre los dos suponen la mitad del desnivel total del día. Una vez superados se llega a Fraga, primera población aragonesa por la que paso y donde finalizo la jornada.

Balance del día: 97,9 km y 392 m de desnivel positivo acumulado.
Puedes obtener el track en Wikiloc aquí y ver el recorrido realizado en esta animación:
Día 7, de Fraga a Zaragoza (06/05/2022)
Mientras el sol va levantándose a mis espaldas encaro el fuerte ascenso por una pista de tierra que hay a la salida de Fraga. Esta subida, de unos 300 metros en 3 ó 4 kilómetros, me aleja de las fértiles llanuras de Fraga y me sitúa en el altiplano elevado y semidesértico de Los Monegros.

En realidad en la comarca estricta de Los Monegros no entraría hasta más tarde pero la zona que empiezo a recorrer comparte el mismo clima y el mismo paisaje. Una tierra árida, dura, seca y de amplios horizontes. En cierta medida recuerda al páramo de la Meseta en las provincias de León y Palencia que se atraviesan en el Camino Francés. De vez en cuando aparece alguna mancha verde allí donde llega el riego y se puede cultivar maíz.

El enorme problema del día ha sido el viento. En esta zona sopla el cierzo, un fuerte viento fresco y seco del noroeste que recorre el valle del Ebro en Aragón, La Rioja y Navarra debido a la diferencia de presión entre el Cantábrico y el Mediterráneo. Y hoy no ha parado en todo el día. Y no solo eso sino que ha ido subiendo de intensidad a medida que avanzaba la jornada complicando enormemente el avance con la bicicleta.
Luchando desde el primer momento contra ese cierzo voy recorriendo este terreno tan árido por pistas de tierra hasta que en el kilómetro 26 paso por el primer pueblo del día, Candasnos, donde paro a tomar un café. Luego continúo 10 km más del mismo estilo hasta Peñalba.

En el tramo entre Peñalba y Bujaraloz ya entro en la comarca propiamente llamada Los Monegros, aunque es una división puramente administrativa porque el paisaje sigue siendo el mismo. Este tramo ha sido particularmente duro con continuas subidas y bajadas y el viento cada vez más fuerte. En Bujaraloz he parado a desayunar. Después he pasado junto a una pequeña ermita dedicada a San Jorge, patrón de Aragón.

La sensación de soledad es absoluta. Decenas y decenas de kilómetros con el mismo paisaje árido y sin prácticamente nadie. Sólo en las ocasiones en las que la pista se acerca a la carretera N-II el tráfico de coches y camiones recuerda que la vida continúa fuera de este mundo agreste. Y por molesto que resulte hoy el viento, no puedo dejar de pensar en lo asfixiante que ha de ser esta etapa en pleno verano en un día sin que sople el cierzo. Ha de ser un horno que además no tiene prácticamente árboles en los que ponerse a la sombra.

Finalmente se desciende del altiplano en el que están Los Monegros hacia el valle del Ebro. En el primer pueblo al que llego, Pina de Ebro, paro a beber algo y a recuperar fuerzas. Llevaba 88 km y faltaban 42 más para Zaragoza ya que había previsto una etapa de 130 km. Son muchos pero es factible y relativamente habitual hacerla ya que no hay excesivo desnivel y casi todo el día se circula por pistas sin complicaciones en las que se puede ir rápido. Pero hoy, y supongo que muy a menudo en esta zona, el viento lo ha trastocado todo. Ha sido una lucha constante por avanzar. En las bajadas había que pedalear como si fuera una subida y cualquier pequeño ascenso requería el esfuerzo de un gran puerto. Por eso estaba muy cansado y era muy tarde por lo que tenía que decidir qué hacer, ¿quedarme o seguir?
Esperaba inocentemente que una vez en el valle el cierzo quizás no soplara tan fuerte como en Los Monegros pero no solo no ha disminuido sino que ha ido cada vez a más. Aún así decido avanzar de momento e ir viendo, por lo que salgo de Pina cruzando el río Ebro y continúo la ruta. En los siguientes kilómetros ha habido varios tramos en los que se circulaba junto a las vías del tren. En general todo está mucho más verde que en Los Monegros y hay más zonas cultivadas.

En los últimos kilómetros del día el Camino de Santiago coincide a menudo con el GR99, el Camino Natural del Ebro, y va cerca de este río. Cada vez me costaba más avanzar y el viento no cesaba, una experiencia muy desagradable.
Parando al final cada pocos kilómetros he conseguido llegar a Zaragoza. La entrada a la ciudad está muy bien resuelta. Habitualmente en los Caminos de Santiago las entradas y salidas de las grandes ciudades son problemáticas porque hay que pasar por zonas industriales, barrios periféricos sin demasiado encanto e infraestructuras de todo tipo como autovías, vías de tren, anillos de circunvalación, etcétera. En Zaragoza se entra por un camino junto al Ebro que en cuanto empiezan los edificios de la ciudad se transforma en un parque urbano con un magnífico carril bici que en dos kilómetros me lleva a la mismísima plaza del Pilar.

He llegado a las 20.15 h después de estar trece horas y media de ruta, diez pedaleando y el resto en los descansos. Diez horas con un cierzo fortísimo de cara que me ha dejado agotado. Hoy la emoción al entrar en la plaza del Pilar ha sido casi tanta como la que se tiene al entrar en la plaza del Obradoiro. Cuatro horas antes pensaba que esta vez no lo conseguiría.

Balance del día: 129,2 km y 841 m de desnivel positivo acumulado.
Puedes obtener el track en Wikiloc aquí y ver el recorrido realizado en esta animación:
Día 8, de Zaragoza a Borja (07/05/2022)
La salida de Zaragoza es tan fácil y agradable como la entrada. Junto a la plaza del Pilar se toma el carril bici y el paseo paralelo al río Ebro por el que se sale de la ciudad pasando por la zona de la Expo 2008. Luego la señalización me aleja definitivamente del río por una pista agrícola asfaltada que lleva hasta Monzalbarba.

Después continúo entre sembrados por un camino agrícola de tierra paralelo a un canal de riego. En este tramo he adelantado a un peregrino a pie que supongo que ha dormido en Zaragoza y ha madrugado más que yo. Durante el resto de la jornada he visto a tres más. Creo que hasta que llegue a conectar con el Camino Francés encontraré muy pocos peregrinos.

Tras cruzar la autopista AP68 por un puente elevado entro en Utebo, donde paro a tomar un café junto a la espectacular torre de su iglesia de estilo mudéjar, abundante en esta zona, y recubierta de baldosas cerámicas. Después se pasa por una zona industrial un poco degradada y volviendo a cruzar la AP68 se toma una carretera asfaltada que lleva a Sobradiel y a Torres de Berrellén.
Aquí los pueblos se suceden cada pocos kilómetros, nada que ver con la etapa de ayer. Y también es muy diferente el viento que durante las primeras horas sopla mucho más suave que el día anterior, aunque a partir de mediodía ha aumentado considerablemente.

Siempre entre los campos de la fértil vega del Ebro llego a Alagón dónde paro a desayunar. La torre de su iglesia de San Pedro Apóstol es otro ejemplo de estilo mudéjar que además era originariamente el minarete de la mezquita que hubo aquí en tiempos de la dominación musulmana.

El siguiente pueblo por donde paso es Cabañas de Ebro. Aquí vuelvo a estar a la orilla del río ya que, aunque siempre estaba presente y cerca, no había vuelto a verlo desde la salida de Zaragoza. Los siguientes kilómetros voy atravesando pequeños núcleos como Alcalá de Ebro y Luceni circulando de uno a otro por caminos de tierra. En este tramo coincido con el GR 99 y también con una ruta cervantina ya que en algunos de estos pueblos Cervantes sitúa episodios del Quijote.

En Gallur paro a comer. A partir de esta población la ruta más habitual es continuar siguiendo el curso del río Ebro hasta enlazar en Logroño, a 130 km de aquí, con el Camino Francés. Pero hay otra alternativa que se inicia precisamente en Gallur y se dirige hacia el oeste para atravesar el Sistema Ibérico y tras pasar por Soria y Santo Domingo de Silos conectar con el Francés en Burgos. Se conoce como el Camino Castellano-Aragonés y, como tantos otros caminos a Santiago minoritarios, ha sido recuperado en los últimos 15 años, concluyéndose su señalización en 2010.
En este mapa de los principales caminos a Santiago de la península (fuente: www.rayrosa.com) puede verse, en la ampliación de abajo, la dos opciones: Gallur-Logroño-Santo Domingo de la Calzada-Burgos o Gallur-Soria-Santo Domingo de Silos-Burgos. Esta segunda es la que voy a seguir esta vez.

Parto de Gallur siguiendo las marcas del Camino Castellano-Aragonés por una pista entre campos sembrados y decenas de aerogeneradores. Hay muchísimos. Y después de dos días soportando el cierzo, el viento de la zona, se entiende porque no ha sido necesario instalarlos en la cima de un monte como en tantos otros lugares.

Hay un momento en el que la pista por la que voy queda interrumpida por lo que parece ser una nueva autovía. No puedo seguir ni las marcas del camino que han desaparecido ni los tracks de otras personas que han pasado antes por aquí porque el track me envía cruzar por un camino que ya no existe. El cambio parece muy reciente porque aún hay conos y señales de obras en la nueva autovía. Finalmente tengo que improvisar yendo unos quinientos metros a la izquierda paralelo a la nueva carretera hasta encontrar la forma de cruzarla por un paso elevado, y luego por otra pista volver a encontrar la ruta original.

Después continuó siempre por pistas agrícolas. A medida que me alejo de la ribera del río Ebro veo más cultivos de secano como viñas y olivos. Al fondo se ven las montañas del Sistema Ibérico que he de cruzar en los próximos días y que me separan de la meseta. Destaca el Moncayo con restos de nieve en la cima.
El único pueblo intermedio de este camino que pasaré hoy se llama Magallón y, como ocurre a menudo en algunas zonas del Camino Francés, está situado en lo alto de un cerro al que hay que subir para volver a bajar. En su plaza del mercado paro a beber y comerme un helado.

Y finalmente llego a Borja donde dormiré y donde antes doy una vuelta por su casco histórico con callejuelas apiñadas en un promontorio coronado por las ruinas de un castillo, una disposición que denota su pasado musulmán.

Balance del día: 79,1 km y 564 m de desnivel positivo acumulado.
Puedes obtener el track en Wikiloc aquí y ver el recorrido realizado en esta animación:
Día 9, de Borja a Ágreda (08/05/2022)
A seis kilómetros de Borja se pasa por el Santuario de la Misericordia. El camino para llegar tiene algunas fuertes rampas, especialmente al final, y en parte del trayecto se circula entre viñedos de los que se producen los vinos de la denominación de origen Campo de Borja.

Este Santuario se hizo popularmente conocido en agosto de 2012 por el intento de restauración bastante chapucero que se hizo de un Ecce Homo, un cuadro con la cara de Cristo. Tras la polémica se le dio la vuelta a la situación y ahora el cuadro es un reclamo turístico que atrae muchos más visitantes de los que venían cuando era una obra desconocida y poco importante. Hoy cuando paso por allí el Santuario está cerrado y no puedo verlo.

A poca distancia del Santuario pero subiendo una fuerte rampa y algunos tramos de escaleras se llega a la Ermita del Calvario. Es una ermita extraña, con una forma redondeada poco habitual para este tipo de construcciones y que más bien parece una torre de defensa.

Desde allí el camino a Santiago sigue, sin perder excesiva altura, por una pista forestal que a través de un pinar primero y de un encinar después lleva hacia un enorme campo de aerogeneradores. Mientras asciendo voy pasando algunos molinos y una vez arriba se circula entre muchos más por el cordal de la montaña.

La pista desemboca en una carretera por la que unos cientos de metros después se llega a un collado en el que hay un mirador, el Balcón de El Buste, con una amplia perspectiva de la zona a la que he de dirigirme. Luego desciendo rápidamente por esa misma carretera hasta el pequeño núcleo de El Buste.

Justo en la entrada del pueblo abandono la carretera por un sendero. En éste y en varios tramos de los siguientes kilómetros los caminos a menudo están tan invadidos por la maleza que cuesta circular por ellos. Pasando como puedo y combinando senderos y pistas asciendo a un pequeño alto y después de un largo descenso de varios kilómetros entro en Tarazona.

Tarazona tiene un bonito casco histórico con diversas muestras de arquitectura mudéjar, que como el resto del mudéjar aragonés está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Pero además es la primera población con servicios que paso desde que he salido de Borja unas horas antes por lo que en cuanto entro en la parte antigua busco un bar donde comerme un pincho de tortilla.

Unos kilómetros agradables por un sendero siguiendo un río me llevan a Los Fayos, el último municipio de Aragón por el que pasaré en este camino. El pueblo está situado al pie de un acantilado rocoso y muy cerca de otra enorme pared artificial, la presa del embalse del río Val, a lo alto de la cual hay que subir por una carretera con fuerte pendiente.

Una vez arriba se toma una pista que va resiguiendo todo el perímetro del pantano hasta alcanzar su cola.

Finalizado el recorrido por el embalse se continúa remontando el mismo río por un sendero a través de un barranco, el Cañón del Val.

Es un tramo precioso de unos seis kilómetros que como casi todo el resto de la etapa va ascendiendo constantemente pero de forma suave. Todo el día estoy remontando desde el valle del Ebro hacia la Meseta y al final saldrán más de 1.000 metros de desnivel positivo pero no hay la impresión en ningún momento de estar subiendo un puerto.

Cerca del final se pasa junto a la Cascada del Pozo de las Truchas y poco después hay que remontar un largo tramo de escaleras, un pequeño peaje a pagar por visitar esta maravilla. Durante el recorrido he pasado en algún momento el límite entre las provincias de Zaragoza y Soria y he entrado, por lo tanto, en Castilla y León.

Cuando acaba el Cañón ya solo quedan tres o cuatro kilómetros para entrar en Ágreda donde finalizo esta etapa.

Balance del día: 55,9 km y 1.104 m de desnivel positivo acumulado.
Puedes obtener el track en Wikiloc aquí y ver el recorrido realizado en esta animación:
Día 10, de Ágreda a Soria (09/05/2022)
Empiezo el día ascendiendo entre campos de colza y cereal al pequeño Alto de la Taraviela desde donde se desciende a Muro. Donde ahora hay esta minúscula aldea hubo una vez la ciudad romana de Augustobriga, de la cual se perdió la memoria una vez desaparecida. Cuando siglos después volvió a habitarse la zona no se sabía qué eran las ruinas diseminadas por los alrededores y esos “muros” misteriosos dieron nombre al pueblo actual. A la entrada se ve un miliario, los mojones de las carreteras romanas que tanto abundan en la Vía de la Plata.

Prácticamente toda la jornada he circulado por pistas. Es una zona muy poco poblada y, excepto en los últimos kilómetros ya cerca de la ciudad de Soria, me he cruzado con cuatro o cinco personas en todo el día. No me refiero a peregrinos, que no he visto a ninguno, sino a todo tipo de personas. Ni en los caminos ni en las aldeas que he atravesado he visto a nadie salvo un paseante cerca de un pueblo y algún agricultor labrando un campo con un tractor. Curiosamente he visto más ciervos que personas. Me han cruzado varias veces por delante en algún camino y también he visto correr un par de ellos por un campo de cereal, pero son demasiado rápidos como para fotografiarlos.

Poco después se dejan atrás los campos para iniciar un ascenso a través de un encinar al Alto de Valhondo. Estoy remontando la Sierra del Madero que, como la contigua Sierra del Moncayo, forma parte del Sistema Ibérico que hay que atravesar para alcanzar la Meseta Castellana.
En este tramo se cruzan las vías del ferrocarril Soria-Castejón que a juzgar por su estado no creo que estén en uso.

Cuando parece que la subida ha terminado y hay unos cientos de metros de descenso vuelve a haber el repecho más duro y con mayor pendiente. En este tramo se pasa junto a unas encinas centenarias con troncos que llegan a tener un metro de diámetro.

Un esfuerzo más y llego al alto de Valhondo. Desde aquí hay una vista magnifica a 360 grados a la redonda. Pueden verse Ágreda y Muro, de donde procedo, la Sierra del Moncayo y la llanura agrícola a la que he de descender.

Por un sendero a través del encinar similar al de subida desciendo a Pozalmuro que con 100 habitantes es la población más grande que cruzaré en toda la etapa. Y tampoco hay ningún tipo de bar o tienda hasta llegar a Soria por lo que he sobrevivido con unas galletas que pude comprar ayer en Ágreda, donde al ser domingo tampoco tuve demasiadas opciones.
Circulando por la llanura agrícola del río Rituerto paso por Masegoso, un caserío aislado que está junto a un torreón de origen musulmán y a una fuente que se cree que data de tiempos romanos. Los torreones servían como línea se vigilancia de la frontera norte musulmana frente al avance de la reconquista cristiana y se comunicaban de unos a otros mediante hogueras.
Más adelante cruzo el río Retuerto por un puente romano junto al que hay otro miliario. Por aquí pasaba la Vía romana XXVII que comunicaba Cesar Augusta (Zaragoza) con Asturica (Astorga).

Una vez cruzada la llanura hay una nueva subida al pequeño alto de La Pica, pasando antes por las ruinas de otro torreón musulmán. Una vez arriba se desciende hasta Olmeñaca.

Se repite una vez más un pequeño ascenso por una zona forestal seguido de una bajada a una llanura agrícola pero ésta última vez el llano es más amplio, el horizonte está más lejano y hay menos montañas alrededor. Ya estoy en la Meseta castellana. A partir de aquí sigo cruzando pequeños núcleos como Tozalmoro, Fuentetecha, donde encuentro una fuente en la que reponer agua, Fuensaúco y Ontalvilla de Valcorba. Entre uno y otro se circula siempre entre sembrados de cereal.

Los últimos kilómetros del día son los más confusos. El itinerario me lleva por un sendero paralelo a una línea de ferrocarril abandonada pero en algunos momentos cuesta encontrar el camino. Finalmente cruzo el Duero y entro a la ciudad de Soria donde lo primero que hago al llegar a las cuatro de la tarde a la Plaza Mayor es sentarme en una terraza del primer bar que encuentro abierto y tomarme una cerveza y unas tapas.

Desde que empecé en el Cap de Creus llevo hechos 750 kilómetros, la mitad del total previstos hasta Fisterra. Poco a poco voy avanzando… Un paseo por Soria y a descansar. Mañana más.

Balance del día: 59,7 km y 883 m de desnivel positivo acumulado.
Puedes obtener el track en Wikiloc aquí y ver el recorrido realizado en esta animación:
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