Hoy tocaba un larguísimo ascenso en el que durante 25 kilómetros van sucediéndose un collado tras otro sin apenas bajadas, para acabar descendiendo algo únicamente en los últimos kilómetros del día. Para ello, nos ponemos en marcha remontando durante cuatro kilómetros la Riera de Beget, el río que recorre el valle, casi siempre por un sendero, aunque también se combina con algún tramo corto de carretera. Al final, tras cruzar la riera por una pasarela, empezamos a alejarnos por un camino que asciende hasta un par de casas.

Seguimos siempre en subida, casi todo el camino por una pista forestal, excepto cuando la dejamos para cruzar por un sendero unos campos con helechos. La pista se abandona definitivamente al pasar junto a una casa de turismo rural, casa Etxalde, en la que dan ganas de quedarse.

Desde aquí se continúa por un sendero en dirección al primer puerto del día, el Coll de la Boixeda. Es un tramo muy bonito, aunque tiene mucha pendiente. Cuando finalmente llegamos al alto, no descendemos apenas sino que seguimos subiendo.

A partir de aquí cruzamos una zona de pastos, y me doy cuenta de que es la primera vez desde que salí del Cap de Creus que veo este tipo de paisaje, típicamente pirenaico. Realmente en la etapa de hoy se percibe claramente la transición entre el bosque mediterráneo y un paisaje más alpino. Poco después llegamos al segundo puerto del día, el Collet de la Costa.

Desde el collado se desciende ligeramente hasta cruzar el río Ritort y luego se recupera la altura perdida en una fuerte cuesta que nos deja en Molló. En esta población no encontramos ningún bar abierto, pero en una carnicería nos hacen unos bocadillos y en otra tienda compramos un par de latas de Aquarius, y nos lo tomamos todo tumbados en el césped que rodea la bonita iglesia románica de Santa Cecília de Molló. Un descanso que nos ha sentado de maravilla.

Seguimos subiendo por pistas, aunque a medida que ascendemos predominan los tramos en los que se avanza directamente a través de los pastos. Se confirma que el entorno ha cambiado completamente respecto a los días anteriores. Además, hasta ayer la altitud máxima por la que había pasado era 1.100 metros, mientras que hoy vamos a llegar a casi 1.900, y eso se ve claramente en el tipo de paisaje predominante.

Vemos vacas y caballos pastando, en la primera estampa claramente pirenaica desde que empecé el GR11, y las vistas de las montañas de alrededor son magníficas, especialmente cuando llegamos al siguiente alto, el collado de Fembra Morta.

Desde allí se continúa subiendo aún un poco más, ahora a través de un bosque de pino negro, hasta el collado definitivo, el Coll de Liens, de 1.865 metros de altitud. Las vistas son preciosas, y el bosque también.

Aún queda un repecho de subida más y empezamos a bajar. Hemos ascendido unos 1.600 metros de desnivel en 21 kilómetros, y ahora hay que descender 600 en 4 ó 5 km. El lugar es espectacular.

Los paisajes durante el descenso continúan siendo preciosos. Vamos combinando senderos bastante empinados con tramos de pista, hasta que finalmente terminamos la jornada en Setcases. Una etapa que nos ha encantado y que puede considerarse la primera realmente “pirenaica” desde el inicio en el Mediterráneo.

Balance del día: 25,4 km y 1.563 m de desnivel positivo acumulado.
Puedes obtener el track en Wikiloc aquí y ver el recorrido realizado en esta animación:
Espectacular! Como dices se ve en las fotos que has (hoy habéis) llegado al Pirineo. Mucho ánimo para las próximas etapas! Qué bien que se haya animado Blanca a acompañarte unas etapas. Abrazos a los dos
Gracias, Jorge!