El GR175, conocido como la Ruta del Císter, es un itinerario de senderismo circular que conecta tres importantes monasterios cistercienses de Cataluña: Santes Creus, Vallbona de les Monges y Poblet. Recorre las comarcas del Alt Camp, Conca de Barberà y Urgell, mayoritariamente en la provincia de Tarragona, con una breve incursión en la de Lleida. La ruta está pensada para hacerla tanto a pie como en bicicleta (BTT), y tiene una variante para cada modalidad. En la web oficial se propone repartir los aproximadamente 105 kilómetros del GR175 en 3, 4 o 5 etapas a pie. En mi caso los he dividido en tres, siendo el primer intento que hago de realizar una ruta senderista de varios días tras retirarme hace siete meses en la undécima etapa de la Transpirenaica por problemas en la rodilla derecha, que resultó ser una condropatía rotuliana en grado 4, un desgaste casi total del cartílago.

Inicio la ruta en el monasterio de Santes Creus, fundado en el siglo XII y, como los otros dos enlazados por el GR175, perteneciente a la orden del Císter, aunque éste no tiene vida monástica en la actualidad, ya que fue abandonado tras la expulsión de los monjes en 1835 a causa de la desamortización de Mendizabal. Hoy día se mantiene solo como monumento, sin actividad religiosa. A la hora en que me pongo en marcha aún está cerrado al público, así que solo puedo ver el exterior.

Tras un primer kilómetro de asfalto, tomo una pista forestal que me va alejando del monasterio, permitiéndome contemplar el conjunto monumental con los viñedos y bosques que lo rodean.

Prosigo por la pista, atravesando zonas de bosque mediterráneo combinado con plantaciones de viña y olivos, con las fincas delimitadas, en algunos casos, por muros de piedra seca.

La piedra seca es una técnica constructiva tradicional caracterizada por la ausencia de mortero o argamasa entre las piedras, y se ha utilizado desde tiempos ancestrales para levantar muros, barracas, cisternas o cobertizos, entre otras construcciones. A instancia de varios países mediterráneos, incluido España, la UNESCO ha declarado al conjunto de conocimientos y prácticas en torno a la piedra seca como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. En el recorrido de hoy paso por diversas muestras de este tipo de construcciones, incluido un depósito de agua.

Cuando llevo andados unos seis kilómetros, este entorno forestal da paso a una zona más llana y agrícola. Hay viñedos, almendros y plantaciones de trigo. Desde aquí, tres kilómetros más por una pista asfaltada me llevan al Pla de Santa María, pequeña población de origen medieval en la que paro a tomar un café.

Me pongo de nuevo en marcha y, en menos de tres kilómetros por un camino agrícola, rodeado de plantaciones de almendros y campos de trigo, llego a la siguiente población, Figuerola del Camp.

Figuerola está situada en el límite de la llanura que he recorrido desde que he iniciado la etapa, y a los pies de la Sierra de Miramar, que he de atravesar a continuación. Esta sierra forma parte de la Cordillera Prelitoral Catalana, el conjunto de montañas paralelas a la costa, pero a una distancia de entre 30 y 60 kilómetros del mar, que recorren toda Cataluña de norte a sur. Para cruzarla sigo un camino forestal que asciende entre bosques de pinos, hasta alcanzar el Coll de l’Era del Caterí, un primer collado de 741 metros de altitud. Desde aquí desciendo ligeramente para, a continuación, iniciar una nueva subida por un sendero que me deja en un segundo y definitivo alto, el Coll del Faló.

Una vez superados los dos collados se inician varios kilómetros de descenso por un sendero. Durante la bajada se pasa por las ruinas de la iglesia de San Salvador, parte de lo poco que queda en pie del antiguo pueblo de Prenafeta, abandonado en el siglo XVIII por su difícil acceso con carros y caballerías, debido a su posición en la ladera de la montaña. Sigo descendiendo y, poco después, llego al actual núcleo de Prenafeta, levantado en una ubicación más amable en el fondo del valle.

Ahora el terreno ya es mucho más llano, una vez cruzada la sierra de Miramar. Recorro por caminos de tierra los siguientes siete kilómetros, atravesando mayoritariamente zonas de viña, empleadas para la producción de vinos de la denominación de origen Conca de Barberà, nombre de esta comarca, a cuya capital, Montblanc, me dirijo a continuación.

Montblanc es una villa de origen medieval que conserva sus murallas y numerosos edificios de la época. El itinerario del GR175 bordea el recinto amurallado sin llegar a entrar en el centro histórico, pero yo me desvío momentáneamente para encontrar un bar donde comerme un bocadillo y reponer fuerzas.

A la salida de Montblanc tomo una pista entre olivos y viñas, que mas adelante se convierte en un sendero que empieza a ascender por un bosque, ya que tengo que salvar el último obstáculo del día, las montañas de Prades, otra sierra que, igual que la de Miramar, forma parte de la Cordillera Prelitoral Catalana.

Durante el ascenso, casi en el punto más alto, se pasa junto a la ermita de Sant Joan de la Montaña, desde donde hay una vista de toda la comarca de la Conca de Barberà, con su capital Montblanc a mis pies y, al otro lado de la llanura, la sierra de Miramar que he cruzado por la mañana.
Prosigo desde aquí por un largo tramo de pista forestal que va serpenteando por la sierra en ligera bajada. El descenso termina en las cercanías de la gran ermita de la Santísima Trinitat, desde donde empieza un duro repecho de subida que en poco menos de un kilómetro me lleva al Collado de la Vena.

Desde aquí solo resta descender un par de kilómetros para entrar en el Monasterio de Poblet, donde finalizo la etapa.

Poblet es el más importante de los tres monasterios que enlaza el GR175, y es el único declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Como los otros dos, fue fundado por la orden del Císter en el siglo XII, convirtiéndose en uno de los centros espirituales, culturales y políticos más importantes de la Corona de Aragón, además de panteón real entre los siglos XIV y XV. Aunque fue disuelto en 1835 durante la desamortización, fue restaurado en el siglo XX y recuperó la vida monástica, que conserva en la actualidad. Junto al monasterio, construido en el emplazamiento donde estuvo el antiguo hospital de peregrinos, se alza el hotel Hostatgeria de Poblet, donde me alojo.

Balance del día: 37,4 km y 1.125 m de desnivel positivo acumulado.
Puedes obtener el track en Wikiloc aquí.
De nuevo en ruta!!! Que recorrido tan bonito.
Espero que esta vez no te limite la rodilla.
un abrazo y buena ruta
Gracias, Mónica. La rodilla ha aguantado…
Buenas tardes Juan Ramón. Es imposible colocar un comentario en este excelente relato pues wordpress me lo complica todo muchísimo hasta llegar a impedirme hacer el comentario.
Solo quería decir que me ha parecido muy buena esa primera etapa y que el relato es completo, minucioso e inspirador. Muchas gracias.
Saludos
José Díaz de Tuesta Barcelona
Muchas gracias José María, celebro que te gusten mis relatos.