Camino Vasco del Interior en BTT: día 2, de Irún a Beasain (19/08/2023)

En el centro de Irún, a pocos metros de la plaza del ayuntamiento, un cartel en la calle Mayor marca el punto en el que se bifurcan el camino de la costa, más conocido como el del norte, y el del interior. Siguiendo la segunda opción, empiezo a ascender por las calles de la ciudad. Pronto abandono la urbe por una pista que me lleva a través de un bonito bosque.

En medio del monte, un par de kilómetros después de la división de los dos caminos, un nuevo cartel avisa a los despistados de que si pretenden seguir el camino de la costa, por aquí no es, ¿Qué historia tendrá el cartel detrás? ¿cuantos, queriendo dirigirse por la costa hacia San Sebastián, habrán acabado caminando hacia el interior sin saberlo para que alguien haya considerado necesario poner aquí este aviso?

Desde este punto se inicia una travesía espectacular por un bosque, mayoritariamente por senderos pedregosos con algunas zonas de barro, un primer aviso de lo que me encontraría más adelante. En algunos tramos de fuerte pendiente toca arrastrar la bici.

Unos tres kilómetros después paso por un caserío con ovejas y con manzanos para hacer sidra. Eran los primeros que veía, pero luego se repetiría en todas las casas de campo por las que paso durante el día, cada una tiene unos cuantos manzanos para elaborarse su propia sidra, como se ve habitualmente en el campo asturiano.

Pasado el caserío desemboco en una carretera local, que pronto abandono por una pista cementada que va ascendiendo fuertemente entre zonas de pastos, campos sembrados y bosques. Al llegar a un pequeño alto desciendo y entro en el pequeño núcleo de Gurutze. Un par de kilómetros más por una pista bajando y subiendo me dejan en Elizalde.

Elizalde es la capital del municipio de Oiartzun y tiene una bonita plaza Mayor en la que paro a tomar un café. A la salida paso por un antiguo lavadero público.

Tras cruzar el barrio de Iturriotz, muy próximo a Elizalde, de nuevo estoy inmerso en el mundo rural. Poco después no puedo seguir la ruta marcada porque hay obras en un puente sobre el riachuelo Txalaka y no se puede cruzar, obligándome a improvisar un rodeo hasta que un par de kilómetros más adelante vuelvo a enlazar con el track original. El paisaje siguen siendo colinas verdes con pastos, bosques y caseríos aislados. Es precioso, aunque son apenas las diez de la mañana y hace un calor infernal.

Tras recuperar el camino oficial, llego a un pequeño alto. A partir de aquí empieza un descenso por un campo de hierba. No se puede negar que la etapa es muy variada, tiene de todo… Cruzado el campo se sigue por una pista forestal, con bastantes zonas de barro, que circula a través de un bonito bosque.

Poco después se inicia un ascenso entre prados por una pista cubierta de hierba hacia unos caseríos situados en lo alto de una loma. Me ha parecido un lugar espectacular. Solo por este momento ya vale la pena todo el esfuerzo de la etapa.

El camino sigue subiendo y bajando constantemente, enlazando pistas y senderos que en ocasiones se complican a causa del barro. Hay que arrastrar la bici más de una vez. Aún así, el entorno es precioso. Después de una subida complicada por un sendero pedregoso paso junto a una casa rural tras la que se inicia un nuevo descenso por una pista que luego se convierte en un sendero resbaladizo por el barro.

Tras la enésima subida llego al Bar Borda Berri, casi un oasis entre tanta colina verde y tanto bosque, y paro a desayunar.

Repuestas las fuerzas tocaba afrontar la subida a Santiagomendi, la más fuerte del día y, visto lo visto, me esperaba lo peor. Sin embargo, no ha sido para tanto, aunque es un ascenso duro por senderos y pistas embarradas como los que había encontrado hasta entonces, éstos eran ligeramente mejores, más ciclables, y se podía avanzar un poco más rápido. El ascenso termina en la cima del monte Santiagomendi, donde hay una ermita y un pequeño albergue. Lo mejor del lugar es la vista que tiene, divisándose San Sebastián y la costa guipuzcoana. Hay indicios de que este lugar ya estaba poblado en la edad del bronce, 1000 años antes de Cristo.

Desde la ermita, un descenso rapidísimo y con bastante pendiente por pistas cementadas y asfaltadas me llevan volando hasta el fondo del valle, a la población de Astigarraga, y un par de kilómetros de continuo urbano me dejan en el casco viejo de Hernani, donde paro a comer.

Hernani se propone habitualmente como fin de la primera etapa para los que empiezan en Irún el camino del Interior a pie. Pues bien, esta etapa, Irún-Hernani, de unos 25 km, se ha convertido para mí en una de las 10 mejores de todos los caminos de Santiago que conozco. Es, en pocas palabras, espectacular. Eso si, ni siquiera a pie debe ser fácil, y la prueba es que hay 850 metros de desnivel positivo. Ya sé que cualquier clasificación es subjetiva, pero la etapa lo merece. Y eso que hoy hacía muchísimo calor, con 10 o 15 grados menos de temperatura quizá la hubiera puesto entre las tres mejores…

Los siguientes kilómetros cambian completamente lo vivido en la primera parte del día. Ahora se circula por el fondo del valle y, aunque estemos rodeados de montañas, el camino no tiene apenas desnivel. Se atraviesan zonas muy industrializadas, casi siempre por carriles bici o por otras vías asfaltadas, esquivando polígonos industriales, vías de tren y autopistas, y pasando rápido por poblaciones como Urnieta, Andoain o Anoeta. A partir de Andoain se sigue el curso del río Oria, que nos acompaña hasta el final de la etapa.

Y así llegó a Tolosa, bonita población con un importante núcleo medieval, pero donde yo solo pienso en beber algo fresco porque el calor aprieta de lo lindo, aunque una brisa constante lo hace más llevadero.

Los últimos veinte kilómetros del día siguen prácticamente siempre un bidegorri, un carril-bici. Bidegorri significa literalmente “camino rojo”, en referencia al color que se emplea habitualmente en su pavimento, aunque hoy el 90% de las veces eran de color negro. Aunque lo traduzcamos como “carril-bici”, generalmente los bidegorris están destinados tanto a bicicletas como a peatones, y, aunque se hace monótono, hoy han sido una bendición después de la dureza de la primera parte de la etapa.

Y así de “cómodamente” llego finalmente a Beasain donde finalizo una jornada más.

Balance del día: 70,6 km y 1.209 m de desnivel positivo acumulado.

Puedes obtener el track en Wikiloc aquí y ver el recorrido realizado en esta animación:

3 comentarios sobre “Camino Vasco del Interior en BTT: día 2, de Irún a Beasain (19/08/2023)

  1. Juan Ramón parece que hiciste el camino en una única etapa!!! Cuantos sitios diferentes. Da ganas de hacer la etapa Irún-Hernani. Ánimo con el calor!

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