Cuando el 22 de junio de 2021, siguiendo el Camino del Norte a pie, recorrí la etapa de San Vicente de la Barquera a Llanes, escribí en este blog: «Desde la salida de San Vicente de la Barquera el Camino del Norte coincide con otras indicaciones, flechas de color rojo y el símbolo de una cruz del mismo color. Se trata del Camino Lebaniego, que se inicia aquí y lleva al Monasterio de Santo Toribio de Liébana donde, según la tradición cristiana, se venera el que se supone que es el mayor fragmento de la cruz de Cristo. Además, desde dicho monasterio, enclavado en los Picos de Europa, también está señalizado como Camino de Santiago la continuación hacia el sur para enlazar con el Camino Francés en Mansilla de las Mulas, provincia de León. Por tanto es posible unir el Camino del Norte, en el que estoy, con el Francés a través de los Picos de Europa, siendo probablemente el Camino de Santiago más duro y montañero de todos los de la Península Ibérica. Deberes pendientes…» Hoy, cuatro años después, he regresado a San Vicente de la Barquera para dar cumplimiento desde mañana a esos «deberes pendientes».

¿Pero, qué es esta ruta señalizada con flechas y cruces rojas? Enclavado en un paraje espectacular de los Picos de Europa, el Monasterio de Santo Toribio de Liébana es un centro religioso de primer orden, ya que, según la tradición cristiana, alberga el Lignum Crucis, el que es considerado el mayor fragmento conservado de la cruz de Cristo. Su relevancia es tal que en el año 1512 el Papa Julio II le concedió el privilegio de celebrar su propio Año Jubilar, que se da cada vez que el 16 de abril, festividad de Santo Toribio, cae en domingo. Solo cinco lugares del mundo disponen de ese derecho a Jubileo: Roma, Santiago de Compostela, Jerusalén, Caravaca de la Cruz y Santo Toribio de Liébana, lo que da una idea de la importancia del reconocimiento.
La presencia de la reliquia y la posibilidad de obtener la indulgencia plenaria atrajo a miles de fieles desde la Edad Media, en muchos casos como un destino complementario en su ruta hacia Santiago, convirtiéndose en unos de los cuatro mayores centros de peregrinación de la cristiandad. En el siglo XIX, con la desamortización de bienes religiosos, cayó en un cierto declive, pero con el impulso de las rutas de peregrinación de los últimos 20 años el monasterio ha recobrado relevancia, atrayendo de nuevo a peregrinos y a todo tipo de visitantes.

Existen diversos itinerarios señalizados que conectan con Santo Toribio de Liébana de forma radial desde todos los puntos cardinales. El más concurrido, y por ello conocido como «Camino Lebaniego» a secas, es el que proviene de San Vicente de la Barquera, en la costa de Cantabria. También desde la vertiente norte de la Cordillera Cantábrica hay otro ramal que se inicia en Oviedo, bautizado como «Camino Lebaniego Asturiano» o «Camín de los Santuarios». Llegando desde la Meseta, es decir por la vertiente sur, se puede partir desde Palencia («Camino Lebaniego Castellano»), Sahagún («Camino de Sahagún») o Mansilla de las Mulas («Camino Vadiniense»).

Además, todos estos itinerarios están conectados con Caminos de Santiago (el Camino del Norte en el caso de los que proceden del Cantábrico y el Camino Francés para los que lo hacen desde la Meseta), por lo que puede accederse desde cualquier otro lugar combinando diversas rutas. Y, de las combinaciones posibles, la más habitual es conectar el Camino del Norte desde San Vicente de la Barquera por el Camino Lebaniego y, al llegar a Santo Toribio, continuar por el Vadiniense hasta enlazar en Mansilla de las Mulas, a pocos kilómetros de León, con el Camino de Santiago Francés. Esta combinación Lebaniego + Vadiniense sería así uno más de los varios Caminos de Santiago que atraviesan la Cordillera Cantábrica para enlazar la costa con la Meseta, como el Camino del Baztán, el Camino Vasco del Interior o Vía de Bayona, el Camino Olvidado, el Camino del Valle del Mena, la Calzada de los Blendios, el Camino del Salvador o el Camino Primitivo.

En junio de 2021 llegué a San Vicente de la Barquera bajo la lluvia y me puse en marcha de la misma forma al día siguiente, por lo que prácticamente no recorrí las calles de la población. Hoy sí he podido pasear por su casco histórico, declarado Conjunto Histórico-Artístico, que conserva la estructura medieval con calles empedradas, antiguas murallas y la imponente iglesia gótica de Santa María de los Ángeles, levantada entre los siglos XIII y XVI. Su puerto pesquero, situado en la ría de San Vicente, y el Puente de la Maza, construido entre los siglos XV y XVI por orden de los Reyes Católicos y que conserva 28 arcos, completan la pintoresca imagen de villa marinera, que aún logra mantener.

Y, al fondo, entre las nubes, los Picos de Europa que he de cruzar en los próximos días, ¡Ultreia y Buen Camino!