Salgo de Góriz temprano, con la primera claridad del día, para iniciar una etapa que, por una vez, será mayoritariamente en bajada. De hecho, probablemente se convertirá en la jornada con menos desnivel positivo, es decir menos subida, de toda mi transpirenaica. Desde el refugio me dirijo en primer lugar hacia el Circo de Soaso, entre praderas alpinas.

El Circo de Soaso es el anfiteatro de montañas que cierra el Valle de Ordesa, y viniendo desde Góriz se llega a su parte superior, por lo que hay que descenderlo. Mientras bajo coincido con un grupo de sarrios que huyen a mi paso.

A medida que desciendo voy viendo la cascada conocida como Cola de Caballo, que se desploma en un extremo del circo, pero que en esta época del año tiene poco caudal. Este salto de agua lo forma el río Arazas, que nace en las cercanías del refugio de Góriz recogiendo el agua del glaciar de Monte Perdido, y que luego es el que recorre el Cañón de Ordesa.

Cuando llego al fondo del valle encuentro más grupos de sarrios que corretean cerca de las vacas que pastan tranquilamente.

Este recorrido entre Góriz y el Valle de Ordesa, de subida o de bajada, lo he hecho varias veces en mi vida, pero hay dos que fueron tan especiales que han quedado grabadas en la memoria para siempre. Una fue un verano cuando tenía 17 o 18 años. Con dos amigos estábamos en un camping de Torla y, dejando allí las tiendas y la mayoría de material, subimos un día hasta Góriz y vivaqueamos junto al refugio, para al día siguiente ascender el Cilindro de Marboré y el Monte Perdido, dos tresmiles. Bajamos de nuevo a Góriz, descansamos y sobre las 7 o 8 de la tarde nos dio pereza pasar una segunda noche durmiendo al raso, así que decidimos descender entonces, de noche, hasta Torla. Recorrer el parque de noche fue mágico, escuchando los sonidos del bosque, alumbrados por la luz de la luna y sin gente, en un recorrido que, especialmente en verano, está siempre abarrotado de visitantes.

La segunda ocasión que tengo grabada fue un invierno varios años después en que queríamos llegar a Góriz para ascender el Monte Perdido con esquís de montaña. Recorrimos el valle nevado, y mientras ascendíamos el Circo de Soaso empezó a nevar. Ante la perspectiva de mal tiempo descendimos a la llanura y acampamos allí, en la nieve. El parque nevado, los sarrios corriendo sobre el manto blanco y todo ello para nosotros solos fue, otra vez, una experiencia mágica.

Recordando todo esto sigo avanzando por el Cañón de Ordesa. Paso las Gradas de Soaso, un tramo en el que el río salva una serie de escalones rocosos con múltiples pequeñas cascadas, y prosigo por un hayedo espectacular.

Llego a la Pradera de Ordesa, el lugar al que habitualmente se accede en coche y donde empiezan su recorrido la mayoría de visitantes, y paro a comer en el único bar que hay. Como la etapa es sencilla y no tengo prisa me quedo mucho rato, aprovechando para trabajar en este blog.

Tras la pausa, el GR11 prosigue por un sendero por el margen izquierdo del río Arazas, de nuevo a través de un bosque excepcional, y por él voy alejándome del Cañón de Ordesa.

El sendero acaba en el Puente de los Navarros, un cruce de caminos en el que se levanta un puente de origen medieval sobre el río Ara. Desde este punto estoy a pocos kilómetros de Torla, la población más cercana a Ordesa, pero el GR no pasa por allí sino que se interna en otro valle que empieza aquí, el Valle de Bujaruelo.

Al principio se sube fuertemente a través de un pinar, pero luego la pendiente se suaviza y se avanza entre bosques por el margen izquierdo del río Ara. Es el único ascenso en una jornada en la que no hay que salvar ningún collado.

A medio camino se cruza el río y se continúa por la otra orilla, cruzando más bosques preciosos, hasta llegar a San Nicolás de Bujaruelo. Este lugar hunde sus raíces en la Edad Media, cuando era lugar de paso importante para los viajeros que cruzaban desde o hacia Francia por el Puerto de los Mulos. Para acogerlos se erigió aquí una iglesia, un hospital de peregrinos y un puente para salvar el río Ara. El actual refugio ocupa el edificio que ya acogía viajeros en el medievo, y es aquí, entre estas paredes cargadas de historia, donde termino esta etapa.

Balance del día: 27,2 km y 437 m de desnivel positivo acumulado.
Puedes ver el track en Wikiloc aquí y ver el recorrido realizado en esta animación:
Que sitios tan especiales estás recorriendo. Gracias por compartir!