GR11, la Transpirenaica a pie: día 22, de Sallent de Gállego a Candanchú (11/10/25)

La etapa de hoy enlaza dos estaciones de esquí, Formigal y Candanchú. A la primera de ellas llego después de tres kilómetros de pista desde Sallent de Gállego. En esta época del año el núcleo de Formigal es un lugar fantasma, un conjunto de hoteles y apartamentos completamente vacíos, y todas las tiendas, bares y demás servicios, cerrados. Desde ahí tomo la carretera que accede a las pistas de esquí, que va pasando por distintos aparcamientos de la estación.

Más adelante dejo el asfalto para tomar un sendero ganadero que va cerca de la carretera, pero con muchas más subidas y bajadas, y atraviesa campos donde pastan vacas.

El sendero vuelve a confluir con la carretera y, tras cruzarla, continúo por el acceso asfaltado a otro aparcamiento de la estación de esquí. El paisaje es muy bonito, pero es un entorno totalmente domesticado.

Dos kilómetros y medio después termina el asfalto y continúo remontando las pistas de la estación. Fuera de la temporada de nieve las vacas parecen haber sustituido a los esquiadores.

Finalmente dejo atrás las instalaciones del complejo invernal y me empiezo a alejar. Llevaba casi diez kilómetros desde Sallent de Gállego y me preguntaba cuando empezaba la etapa “de verdad”. Recupero la tranquilidad de las montañas.

Ahora empiezo a remontar un valle precioso, en dirección a los Ibones de Anayet. Esta ruta es una excursión de un día muy popular desde los parkings de Formigal y hoy, siendo sábado, hay bastante gente subiendo. 

Tras un par de kilómetros de fuerte subida corono el Collado Anayet, de 2.230 metros de altitud. El collado es como un gran altiplano, así que sigo avanzando y 300 metros después llego al ibón del mismo nombre, el destino de toda esta gente que hace excursiones de un día. Junto al lago paro a comer un plátano y unas galletas.

Este entorno, precioso, está amenazado por el polémico proyecto de conectar las estaciones de esquí de Formigal, Astún y Candanchú mediante un telecabina que pasaría por el valle de la Canal Roya, por el que he de descender a continuación. En respuesta a este megaproyecto, otro movimiento de gente intenta que la zona sea declarada parque natural, para garantizar la protección tanto ahora como en el futuro.

Empiezo el descenso por el valle de la Canal Roya. Al principio descendiendo bruscamente por un sendero en zigzag y, más abajo, por senderos herbosos con piedras, pero mucho más cómodos que en las zonas de alta montaña de las etapas anteriores.

Una vez en el fondo del valle, cruzo una gran llanura conocida como La Rinconada, en la que pastan caballos, y sigo descendiendo valle abajo entre las praderas.

A medida que avanzo también me encuentro con mucha gente que sube, pero sin grandes mochilas, más bien parece que sean salidas de un día. Recorrer este valle debe ser una excursión habitual en la zona.

Como siempre, al descender las praderas van dando paso a los árboles.

El largo descenso del valle de la Canal Roya termina en un paraje conocido como cabañas de Anglasé. Aquí coincido con un Camino de Santiago, la variante aragonesa del Camino Francés, que recorrí en bicicleta de montaña con mi hija Blanca en julio de 2016. Desde este punto quedan un par de kilómetros hasta Candanchú, en los que el GR11 coincide exactamente con la ruta jacobea, pero en sentido contrario: el Camino de Santiago desciende mientras que el GR asciende. Y así llego a la estación invernal, que igual que Formigal unas horas antes, es un lugar fantasma en esta época del año. Solo el refugio de montaña, en el que dormiré, y un único bar parecen funcionar. Al menos hoy no me he quedado sin comer, he tomado un fantástico bocadillo al acabar la etapa, sobre las cuatro de la tarde.

Balance del día: 24,6 km y 1.138 m de desnivel positivo acumulado.

Puedes ver el track en Wikiloc aquí y ver el recorrido realizado en esta animación:

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