Desde O Mesón do Vento, donde hemos dormido, hemos de recorrer unos dos kilómetros hasta enlazar con el camino oficial que proviene de Hospital de Bruma. Después continuamos por una carreterita que va uniendo pequeños núcleos. En general el recorrido hace bajada y es cómodo y fácil. El terreno es más despejado y llano de lo habitual en Galicia, y por eso abundan las zonas cultivadas.
En O Castro el propietario de un bar ha instalado en el campo frente a su establecimiento una serie de esculturas un poco extrañas y fuera de lugar, entre ellas un enorme dinosaurio con ruedas…

Después dejamos momentáneamente el asfalto para recorrer un sendero precioso por el bosque a través de una carballeira, un robledal.

El sendero acaba desembocando de nuevo en la carretera y unos cientos de metros después entramos en A Rúa donde paramos a tomar un café.

En esa misma aldea de A Rúa pasamos por la iglesia de San Paio o San Pelayo donde en una ventana vemos una curiosa imagen del santo degollado. Siempre por asfalto avanzamos hasta el cercano núcleo de Villariño.

Luego iniciamos el primer tramo en todo el Camimo Inglés desde que salimos de Ferrol en el que se circula por una auténtica corredoira, los caminos tradicionales de carro que unían las aldeas gallegas. Es un sendero precioso entre castaños y carballos.

Combinando pistas de tierra y asfaltadas llegamos a A Calle donde el bar O Cruceiro hace de punto de reunión de peregrinos, ya que es el último que encontraremos hasta el final de la etapa. Aprovechamos para probar una empanada gallega deliciosa.
El topónimo A Calle, igual que A Rúa por donde hemos pasado antes, hace referencia a que son núcleos nacidos al borde del Camiño Real de A Coruña a Santiago que pasaba por aquí. Por eso mismo son poblaciones estrechas y alargadas, ya que han crecido a los lados del camino.

Seguimos recorriendo kilómetros cruzando una zona bastante llana con campos de maíz, pastos y casas aisladas. Los tramos más bonitos son cuando cambiamos momentáneamente el asfalto por corredoiras o por pistas forestales.

En los siguientes kilómetros se recorren muchos más tramos de corredoiras, pasando por algunos de los senderos más bonitos que hemos hecho en todo el Camino Inglés. La etapa, además, no tiene prácticamente desnivel por lo que se avanza plácidamente por caminos preciosos sin apenas esfuerzo. Solo el calor, que va incrementándose a medida que pasan las horas, complica un poco la jornada.

Al final de la etapa hay un tramo algo más pesado en el que durante unos cuatro kilómetros se circula por un andadero paralelo a la autopista AP9, la misma que nos ha acompañado desde que salimos de Ferrol y que hemos tenido que cruzar varias veces en estos días. El camino está bien acondicionado y en algunos momentos ni siquiera se ve la autopista, pero el ruido de los coches es constante y nos recuerda que está ahí al lado.
Cuándo acaba el tramo paralelo a la autopista solo restan un par de kilómetros bordeando un gran polígono industrial para entrar en Sigüeiro donde terminamos la etapa y donde estamos a poco más de quince kilómetros de Santiago, ¡lo tenemos a tocar!

Balance del día: 25,4 km y 217 m de desnivel positivo acumulado.
Y aquí el enlace al track en Wikiloc.