Caminos del Salvador y Primitivo: día 6, de Castro a Lugo (3/09/2019)

Después de contemplar un bonito amanecer desde el albergue de Castro en el que hemos dormido, nos ponemos en marcha rumbo a Galicia. Unos pocos kilómetros nos separan, pero para llegar debemos primero cruzar el Puerto del Acebo.

Empezamos ganando altura por pistas forestales y enseguida dejamos atrás Penafonte, la última aldea asturiana que atravesaremos. Como en muchos otros puertos que subimos en este y otros caminos de Santiago, la presencia de aerogeneradores nos indica el punto más alto al que debemos llegar.

Cuesta subir, son los primeros kilómetros del día y los músculos aún se están despertando… Pero avanzando metro a metro acabamos colocándonos a la altura de los molinos y coronando el puerto.

Empezamos a bajar por el otro lado y, de repente, una simple línea marcada con piedras en el suelo y una pequeña placa nos indican que salimos de Asturias y entramos en Galicia, en la provincia de Lugo. El primer mojón que vemos anuncia que faltan 165,974 km a Santiago.

Enseguida pasamos por el primer bar de la etapa, y del Camino Primitivo en tierras gallegas, que es la Venta del Acebo, de decoración un tanto… peculiar. Desayunamos nuestro tradicional bocadillo de tortilla de patatas y constatamos que, sin ninguna duda, cuando se trata de tortillas de patatas Galicia juega en otra liga. La de hoy estaba excelente. De decoración quizás no saben mucho, pero la tortilla la bordan.

Desde la venta El Acebo, hay una fuerte subida a un nuevo alto y, después, unos 10 kilómetros con bajadas y pequeñas subidas hasta A Fonsagrada, pueblo situado en alto y al que nos ha costado llegar. Para entonces hacía muchísimo calor y notábamos el cansancio acumulado de tantos días.

Pasado A Fonsagrada, iniciamos un nuevo ascenso, esta vez al Alto de Montouto, en el que hay las ruinas de un antiguo hospital de peregrinos. No es un alto importante, pero la acumulación de desnivel durante todo el día ha sido mortal. En la cima hemos estado un buen rato tumbados a la sombra de una pequeña ermita.

En un día marcado por las subidas, si hay una especialmente dura son los últimos 500 metros antes de A Lastra. La llaman la «cuesta del sapo» porque todo el mundo sube con la lengua fuera. Y eso se refiere a los caminantes, con la bici es aún más rompedora.

Desde A Lastra todavía hay que continuar con la sucesión de subidas y bajadas que han sido la tónica del día. El último de todos ha sido el alto de Vaqueriza. Desde este, por fin, se inicia la parte más cómoda de la etapa, descendiendo hasta la llanura en la que se sitúa la ciudad de Lugo. Los últimos 20 km del día son prácticamente planos o en ligero descenso por caminos rurales o senderos forestales y nos llevan rápidamente a la ciudad.

Hemos entrado finalmente en Lugo sobre las 20 h, totalmente agotados, aunque muy satisfechos de haber llegado. Nos habíamos propuesto intentar llegar a Lugo hoy, pero sabíamos que sería un esfuerzo enorme, especialmente por los muchos puertos y altos que había que cruzar. Nos hemos premiado dándonos un homenaje en la Pulpería Aurora do Carballiño, con buen pulpo, buena carne y un postre llamado «locura de chocolate». El nombre lo dice todo…

Balance del día: 78,5 km y 2.151 m de desnivel acumulados (y hoy no tengo dudas de la medición)

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