Nada más salir de A Rúa iniciamos una dura ascensión de 7 kilómetros por una carreterita local, en lo que parece haberse convertido en una costumbre en las últimas etapas, empezar subiendo sin haber tenido apenas tiempo de calentar y estando todavía medio dormidos… En ese tramo pasamos el límite con la provincia de Lugo, la segunda de las provincias gallegas por la que transcurre este Camino.

La comarca lucense en la que entramos es la Ribeira Sacra, otra importante zona vitivinícola, así que continuamos viendo viñedos a nuestro paso.

El tramo de carretera termina con un fuerte y rápido descenso por una pista con algunos tramos de suelo de pizarra hasta Montefurado, un lugar donde los romanos habían creado un túnel para desviar el agua del Sil y extraer el oro. De ahí el nombre de Monte Furado o “montaña agujereada”.

El pueblo actual que atravesamos tiene muchas casas abandonadas, además de una enorme iglesia rodeada de viñedos, pero nos parece muy pintoresco.

Y si para llegar a Montefurado habíamos descendido, una vez atravesado el pueblo las flechas amarillas nos mandan remontar por unas cuestas durísimas para recuperar la altura perdida…

Esto es Galicia y el terreno casi nuca es plano, subimos y bajamos todo el día, acercándonos más al Sil o alejándonos a través de pistas forestales que nos internan en los bosques de las laderas del valle. El paisaje nunca es monótono y siempre es bonito, pero el avance es agotador.

Antes de llegar a Quiroga, donde paramos a comer algo, atravesamos más zonas de viñas. Hemos probado las uvas y estaban deliciosas.

Pasado Quiroga empieza la subida más dura del día. Remontamos, primero por carretera asfaltada y después por pista forestal, para alejarnos definitivamente del valle del Sil, río que nos acompaña desde antes de Ponferrada, y descender por la vertiente opuesta de la montaña hacia el Río Lor. Esta subida, con el calor de las tres de la tarde, ha costado horrores.

Al descender acabamos en Barxa de Lor, un núcleo de cuatro casas con un puente romano sobre el río. Aquí hemos parado de nuevo en un bar a rehidratarnos, El calor apretaba.

Un último esfuerzo y llegamos a Monforte de Lemos, localidad con un bonito centro histórico alrededor de un castillo medieval y donde acabamos esta jornada. Y ya que estamos en Galicia, damos cuenta de nuestro primer plato de pulpo.

Balance del día: 62,8 km y 1.314 m de desnivel positivo acumulado
Y aquí el recorrido realizado: