Camino del Norte a pie: día 3, de Mutriku a Markina-Xemein (14/06/2021)

Empiezo el día con tres preciosos kilómetros por senderos por el bosque, mayoritariamente encinares, solo interrumpidos por algún prado donde pasta el ganado. La zona que atravieso es el macizo de Arno y parece ser que su encinar es excepcional porque no es una especie que suela abundar en el clima cantábrico.

Así llego al pequeño núcleo de Olatz, formado por caseríos diseminados en un valle alrededor de la ermita de San Isidro. Es la quintaesencia del mundo rural tradicional vasco.

De Olatz se sale por una pista cementada que va recorriendo primero el fondo del valle junto a un riachuelo y donde la humedad es tremenda y hace muchísimo calor, para después empezar a remontar fuertemente serpenteando por la ladera del valle y salvando unos 300 metros de desnivel en apenas dos kilómetros.

El ascenso nos lleva a un collado donde hay un caserío llamado Gorostola. Aquí está el límite entre las provincias de Guipúzcoa y Vizcaya y por eso en este caserío hubo antiguamente una aduana en la que se cobraban impuestos al paso de mercancías entre los dos territorios. Nuestra ruta prosigue ascendiendo aún un poco más por una pista forestal por la que atravesamos una sierra conocida como Jaungoikomendi o el Monte de Dios.

En este tramo me he encontrado con tres alemanes que habían estado la noche anterior en el albergue. Seguimos juntos por una sucesión de subidas y bajadas constantes por bosques y zonas de pastos y con el paso ocasional junto a algún caserío aislado. Pronto alcanzamos a dos chicos de Barcelona con los que he coincidido las dos últimas noches y mas adelante a otro de Madrid. Acabaremos llegando todos juntos a Markina-Xemein, después de este largo tramo de unos 20 kilómetros sin atravesar ninguna población, excepto el diminuto núcleo de Olatz, y sin posibilidad, por lo tanto, de “avituallamiento”.

Así que en cuanto entramos en la población, tras una primera parada a la sombra junto a la curiosa ermita hexagonal de San Miguel de Arretxinaga, que también tiene al lado una fuente, buscamos un bar donde beber y comer algo. A partir de aquí la mayoría continúan 7 kilómetros más hasta el monasterio de Ziortza, donde hay un albergue, pero yo me quedo aquí donde tengo ya una reserva hecha en otro. Probablemente nuestros caminos vuelvan a cruzarse mañana.

Balance del día: 21,4 km con 555 m de desnivel positivo acumulado.

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