Fai un sol de carallo cantaban Os Resentidos en los 80. Y así es como ha amanecido hoy. Con ánimos renovados salgo del albergue de San Esteban de Leces para enseguida pasar por Vega de Ribadesella donde un artista local se ha dedicado a pintar curiosos trampantojos en algunas paredes del pueblo.

El camino continúa bajando hasta la playa de Vega donde solo algunos surfistas han madrugado tanto como los peregrinos en esta mañana festiva de San Juan. Después de bordear la playa se asciende por un sendero entre helechos estrecho, pedregoso y embarrado que en algunos momentos parece un riachuelo. Pero luce el sol y todo se afronta mejor…

Paso por Berbes, un núcleo con casas aisladas, y sigo por un camino de tierra y algún tramo de la carretera N-632 hasta que la abandono por una pista para descender de nuevo entre eucaliptos y helechos a la Playa Arenal de Morís.

No se llega a bajar a la arena sino que se bordea a una cierta altura.

Desde aquí un precioso sendero va resiguiendo el litoral pasando por algunas pequeñas playas rocosas y siempre rodeados del verde de los pastos y los helechos. En este tramo he visto a lo lejos caminar a una peregrina a la que más tarde conocería.

Y probablemente sea por la alegría de que hoy luzca el sol pero realmente este tramo ha sido de los más bonitos desde que empecé el camino en Irún.

Llego a La Espasa donde en uno de los bares de la playa paro a comer un pincho de tortilla. Después un poco de carretera que enseguida se abandona por un sendero empedrado completamente embarrado. Algunos de estos tramos de sendero son restos del Camín Real o camino real, la red principal de caminos medievales, aunque quedan pocos fragmentos porque su traza está a menudo bajo las carreteras actuales.
Tras este tramo complicado los kilómetros siguientes se circula mayoritariamente por pistas asfaltadas y tras atravesar un par de pequeñas aldeas de casas dispersas llego a Colunga.

Tras una parada en Colunga los siguientes 17 o 18 km atraviesan la comarca de la sidra, una zona rural con solo pequeñas aldeas aisladas y sin ninguna población importante. Se ven los árboles de los que se obtienen las pequeñas manzanas con las que se elabora esta bebida asturiana. Los campos de manzanos o pumaradas, como se conocen aquí, no son solo grandes plantaciones para la producción más industrializada sino que a menudo cada casa tiene unos pocos árboles para la fabricación artesanal. En asturiano hay el dicho quien no tien pumarada no tien nada.

A la salida de Colunga me encuentro con Alberto, un chico de Madrid con el que estuve en el albergue de esta pasada noche y juntos recorremos un tramo hasta la iglesia de San Pedro de Pernús, donde nos separamos.

La mayoría del recorrido por esta comarca de la sidra se hace siguiendo la carretera local que va uniendo las pequeñas aldeas. Cuando en algún momento se abandona el asfalto se pasa por bonitos senderos entre árboles, algo embarrados por las lluvias de los días pasados

Más tarde me encuentro con Ana, la chica que había visto unas horas antes al principio de la etapa, y un poco más adelante coincidimos con Alberto. Juntos recorremos los kilómetros que quedan hasta Villaviciosa. A medida que nos acercamos se atraviesan algunas pumaradas y se pasa cerca de la fábrica de sidra El Gaitero. Entramos por fin en la población donde en cuanto llegamos al centro paramos a tomar unas cervezas.

Y en el país de la sidra debíamos completar la jornada cenando en una sidrería un cachopo, uno de los platos típicos asturianos. Es además una despedida, ya que Alberto termina mañana en Gijón su camino, que va haciendo en fases, una semana al año, y Ana seguirá hacia Oviedo para hacer el Camino Primitivo, mientras que yo sigo por el de la Costa. El Camino tiene estas cosas, en unas horas unos desconocidos acaban compartiendo risas y anécdotas en torno a una mesa para seguir después cada uno con su vida hasta que quizás el Camino los vuelva a juntar en otro lugar, ¿en qué otro ámbito pasan cosas así con esta facilidad?

Balance del día: 36,4 km con 685 m de desnivel positivo acumulados.
Que regalo de día te ha tocado para tu santo!
Hace pensar tu reflexión y da ganas de hacer el Camino.
Anímate, es una gran experiencia! El peor peligro es que crea adicción…