Prosigo la travesía por la bonita comarca de A Terra Chá y, como ayer, el trazado del camino avanza mayoritariamente por senderos que van comunicando pequeñas aldeas y caseríos aislados. Abundan los carballos (robles) y a pesar de que no hay ningún hito que destaque todo el camino es muy agradable.

En San Xoán de Alba paro a tomar un café y poco después de esta breve pausa cruzo A Ponte de Saa, un puente medieval sobre el río Labrada.

Los siguientes kilómetros hay un poco más de asfalto cuando por una pequeña carretera local se van atravesando aldeas como Fonte Pequena, Penas, Contariz, Casasnovas, Ferreira… En ese tramo de carretera me encuentro con un chico de Sevilla y juntos seguimos los kilómetros que quedan hasta Baamonde. Cuando estábamos entrando en el casco urbano empieza a lloviznar y en cuanto vemos el primer bar paramos a desayunar.

A la salida de Baamonde la lluvia ha cesado y en un tramo en el que hay que caminar por el arcén de la N-VI se pasa el teórico kilómetro 100. En realidad en la obsesión de la Xunta por poner mojones con tres decimales se pasa por uno que marca 100,201 y el siguiente ya marca 99,994. Estos indicadores son valores teóricos porque en esos 100 km todavía hay diferentes variantes que se pueden elegir y que harán que la ruta final sea un poco más corta o un poco más larga. Sin embargo no importa tanto si quedan 95, 100 o 105 kilómetros como el valor simbólico de ver pasar hitos que nos muestran como avanzamos hacia la meta.

Abandono por fin la carretera nacional para pasar el río Parga por un puente medieval al otro lado del cual se llega a la capilla de San Alberte, en un lugar casi mágico rodeada de robles y con las piedras de los muros y del cruceiro que acompaña a la capilla cubiertas de líquenes.

Desde San Alberte se inicia un tramo precioso de sendero entre carballos y castaños.

Al final del sendero se llega a un punto que sirve de ejemplo de lo que comentaba antes sobre la dificultad de establecer cuantos kilómetros quedan hasta Santiago. Aquí se nos presentan dos alternativas para ir a Sobrado dos Monxes, un monasterio cisterciense por el que pasaré mañana, y una es 8 kilómetros más corta que la otra. La larga, Baamonde-Sobrado pasando por Miraz, es la más tradicional y la corta, pasando por As Cruces, es una variante señalizada hace pocos años. El problema es que esta nueva ruta no tiene ningún alojamiento intermedio antes de Sobrado y tal como he diseñado las etapas no es una opción factible ya que tendría que hacer hoy unos 50 kilómetros. Así que tomo la ruta tradicional por Miraz pero la disyuntiva sirve para ver como cada decisión como ésta hará que la distancia que queda por recorrer hasta Santiago sea mayor o menor.

Desde aquí una sucesión de pistas asfaltadas y de tierra, caminos y carreteras a través de bosques y zonas rurales con pequeñas explotaciones ganaderas me llevan hasta la pequeña parroquia de Seixón, donde termino la etapa en el albergue A Lagoa, ¡Santiago está casi a tocar!

Balance del día: 32,9 km con 421 m de desnivel positivo acumulado.
Tu objetivo está al alcance de tus pies.