Ha llovido durante la noche pero cuando me pongo en marcha por la mañana, a pesar de que el cielo tiene un aspecto bastante amenazador, el tiempo aguanta. Cinco kilómetros siguiendo la misma vía verde del Carrilet por la que llegué ayer desde Girona me llevan hasta El Pasteral, junto a la presa del mismo nombre. En el único bar abierto paro a tomar un café ya que no encontraré ningún otro avituallamiento hasta dentro de muchas horas.

Aquí el Camí de Sant Jaume ofrece dos alternativas. El más “oficial”, señalizado por la Generalitat, continúa por la vía verde hasta Sant Esteve d’en Bas y luego siguiendo el Camí Ral remonta el altiplano del Collsacabra y lo atraviesa para posteriormente descender a la ciudad de Vic. Es el recorrido que hice a pie hace un año. La alternativa, marcada hace unos años por alguna de las asociaciones catalanas de amigos del Camino, se dirige a Vic siguiendo el curso del río Ter por la zona de los pantanos de Sau y Susqueda y, como se aprecia en este mapa, es algo más lógica y directa, evitando dar un rodeo. Yo, esta vez, tomaré esta variante.

Así que pasado el núcleo de El Pasteral abandono la vía verde y empiezo a bordear el pantano por la carretera de servicio a las centrales hidroeléctricas. Éste es el más pequeño de los tres embalses en línea construidos en esta zona aprovechando que el río Ter se abre camino por un valle muy estrecho encajonado entre dos macizos montañosos, al norte el Collsacabra y al sur Les Guilleries.

El agua es la protagonista y todo el camino se pueden contemplar bonitas panorámicas del embalse rodeado de montañas y de una vegetación sorprendentemente frondosa. Al llegar a la cola del pantano la carretera continua paralela al río ascendiendo muy suavemente, De hecho los primeros kilómetros son prácticamente llanos.

Ocho o nueve kilómetros después de iniciar la variante hay un primer tramo de fuerte subida que me deja a la altura de la segunda de las presas por la que hay que pasar, la del pantano de Susqueda, mucho mayor que el anterior.

Prosigo rodeando el embalse de Susqueda por carretera hasta que a unos dos kilómetros de la presa se acaba el asfalto y se convierte en una pista de tierra en la que, con las lluvias de los últimos días, hay tramos con muchísimo barro. El cielo sigue pareciendo dispuesto a descargar en cualquier momento pero sorprendentemente ha aguantado bastantes horas sin llover.

Por el camino abundan los bosques de castaños, encinas y robles. Muy de vez en cuando alguna flecha amarilla solitaria medio borrada confirma que se trata de un itinerario jacobeo pero realmente no es posible seguir todo el camino si no es siguiendo el track en un GPS. La señalización es escasa.

A medida que avanzo rodeando el embalse de Susqueda se empiezan a ver al otro lado del río los acantilados rocosos que delimitan el Collsacabra. Me ha parecido espectacular la vista desde un punto en el que el río forma un meandro, con los frondosos bosques que lo rodean, el Collsacabra al fondo y las nubes de tormenta que había hoy para rematar la imagen. Lástima que el nivel del agua está relativamente bajo porque la estampa aún podría mejorar.

Finalmente la pista de tierra desemboca en un camino cementado que remonta fuertemente unos cientos de metros hasta la altura de la tercera presa del conjunto, la de Sau, que se cruza por encima.

Y una vez al otro lado del río se continúa por la carretera asfaltada de acceso al embalse desde la que se puede ver como sobresale del agua el campanario de la iglesia de Sant Romà de Sau, el pueblo que fue inundado cuando se construyó el pantano en los años 60 del siglo pasado. Que el campanario sea visible es señal de que el nivel del agua está bajo, de hecho leo después que Sau estaba hoy al 60% de su capacidad, y en épocas de sequía extrema puede llegar a emerger la iglesia entera.

Desde aquí la ruta prosigue alejandose del pantano. Primero por asfalto y enseguida por un sendero que más parece un riachuelo por el agua que baja. Luego desemboca en una pista más tranquila que acaba llevándome a Vilanova de Sau donde paro a comer.

Tras la comida el itinerario prosigue por sendero y pistas forestales a través del macizo de Les Guilleries. Primero subiendo y más tarde, a partir de un collado “sin nombre”, o por lo menos yo no lo conozco, descendiendo hacia la Plana de Vic, la depresión casi llana en la que se asienta esta ciudad y parte de su comarca. Finalmente ha empezado a llover, aunque no demasiado fuerte, y había bastante barro.

En cuanto salgo de la momtaña y llego al llano empiezan las zonas agrícolas que cruzo por pistas completamente embarradas por las roderas de los tractores. El primer pueblo de la Plana de Vic al que llego es Folgueroles.

Desde Folgueroles unos kilómetros más siempre por asfalto y bajo la lluvia y entro finalmente en Vic donde acabo la etapa en su enorme plaza Mayor porticada.

Balance del día: 56,8 km y 912 m de desnivel positivo acumulado.
Puedes obtener el track en Wikiloc aquí y ver el recorrido realizado en esta animación: