Salgo de Cervera entre la niebla, algo muy habitual en estas comarcas, y con la temperatura más baja desde que inicié este camino. Más tarde, sobre las 11 de la mañana, la niebla se ha levantado, ha acabado saliendo el sol y por la tarde ha hecho mucho calor, el día más caluroso desde que empecé, ¡tierra de contrastes térmicos!
Y así, entre la niebla, he visto a lo lejos a un peregrino a pie, el primero con el que me cruzo en estos primeros seis días de ruta. Al pasar junto a él hemos hablado un rato. Salió de su casa en el Prat de Llobregat, cerca de Barcelona, con idea de hacer el Camino Catalán por San Juan de la Peña hasta Pamplona, luego de ahí a Hendaya por el Camino del Baztan y a continuación el del Norte hasta Santiago y prolongación a Fisterra para posteriormente regresar por el Primitivo a Oviedo, el Camino del Salvador a León, seguir el Francés hasta Logroño y de ahí vuelta a casa por el Camino Catalán por Zaragoza. ¡3.000 km a pie en 90 días! Estoy agotado solo de escribirlo…
Comentamos caminos hechos y por hacer y nos separamos, para siempre o hasta que nos volvamos a cruzar en alguna ruta hacia Compostela, ¡buen camino, amigo!

Siempre entre la niebla cruzo El Talladell, un pequeño núcleo con algunas casas tradicionales de piedra, y entro en Tàrrega, capital de la comarca del Urgell. En esta población el Camino de Santiago se divide en dos alternativas. Una es el llamado Camino Catalán por San Juan de la Peña que desde aquí va hacia Monzón, Huesca y Puente la Reina (Navarra), donde enlaza con el Camino Francés. Otro, el que yo seguiré, va hacia Lleida y Zaragoza para después seguir el curso del Ebro hasta Logroño, donde conecta con el Francés. Yo, aunque efectivamente iré por Zaragoza, no llegaré a Logroño sino que tomaré otra alternativa, pero eso ya lo explicaré a su debido tiempo.

Toda la jornada atraviesa zonas agrícolas en las que abundan especialmente las explotaciones de cereal y de árboles frutales. Es un área muy fértil gracias a la construcción a mediados del siglo XIX del Canal de Urgell que transporta las aguas del río Segre durante 144 km entre Ponts y Montoliu de Lleida, permitiendo el regadío en 70.000 hectáreas de cinco comarcas de la provincia de Lleida. En varios momentos del día el Camí de Sant Jaume circula paralelo al canal, siendo tramos en los que encuentro bastantes zonas de barro.

Si ayer fue una etapa mayoritariamente por asfalto hoy, al contrario, han predominado las pistas agrícolas de tierra combinadas muy ocasionalmente con tramos de carreteras locales. Desde Tàrrega voy circulando entre cultivos durante más de 20 kilómetros hasta El Palau d’Anglesola y cruzando algunas tranquilas poblaciones rurales como Vilagrassa, Anglesola o Castellnou de Seana. En la plaza mayor de ésta última alguien ha adornado los árboles con curiosas fundas hechas de punto de cruz…

Desayuno en El Palau d’Anglesola y continúo hacia Lleida. El terreno es muy llano, tanto que en los 60 km que hay entre Cervera y la capital de la provincia solo hay 70 metros de desnivel positivo, poco más de un metro por kilómetro. Sin embargo el viento constante de cara impide avanzar excesivamente rápido.

Tras cruzar un gran polígono industrial llego a Lleida donde la ruta avanza paralela al río Segre hasta entrar en el casco antiguo por el arco del Pont y recorrerlo por la calle Mayor. Aprovecho para parar a comer un bocadillo, sacar cuatro fotos de la Paeria (como se conoce aquí al ayuntamiento) y de la catedral y proseguir mi camino.

A la salida de la ciudad se sigue durante 8 km un camino señalizado paralelo al río Segre, un cambio momentáneo respecto al paisaje agrícola del resto del día.

A partir de Butsenit me alejo definitivamente del río para seguir entre un mar de frutales hasta Alcarràs, la última población de Lleida que se cruza en este camino. Unos kilómetros después se abandona Cataluña y se entra en Aragón, en la provincia de Huesca. Enseguida se aprecia que los carteles han cambiado de estilo y de idioma.
En estos últimos kilómetros del día hay que superar dos pequeños “altos”. No son gran cosa, apenas 100 metros de desnivel cada uno, pero en una etapa prácticamente llana es un esfuerzo extra que hay que afrontar cuando ya llevo en mis piernas 85 kilómetros. De hecho entre los dos suponen la mitad del desnivel total del día. Una vez superados se llega a Fraga, primera población aragonesa por la que paso y donde finalizo la jornada.

Balance del día: 97,9 km y 392 m de desnivel positivo acumulado.
Puedes obtener el track en Wikiloc aquí y ver el recorrido realizado en esta animación:
Yo también me he cansado pensando en el camino que se plantea el peregrino que te has encontrado! Pero en realidad tu ya llevas muchos más kilómetros recorridos de Camino!