Afortunadamente estaba tan cansado que he podido dormir y no me he enterado de lo que pasaba en la calle. Sin embargo, cuando a las 7 de la mañana salgo del hotel las calles del centro parecen un campo de batalla. Hay botellas y vasos rotos y otros restos de la juerga nocturna por todas partes y hay zonas que resbalan por todo los líquidos que han caído… Mientras muchos siguen la fiesta y las brigadas de limpieza intentan restablecer la normalidad, yo me dirijo hacia la Catedral, punto en el que se inicia la señalización del Camino Primitivo. Una vez allí no hay forma de encontrar las señales. En esta zona de la ciudad la ruta está marcada con conchas de bronce insertadas en el pavimento pero con el estado de las calles y con la poca luz que hay a estas horas de la mañana no hay forma de verlas. Aparecen tres alemanes con mochilas que están más perdidos que yo pero al final conseguimos averiguar cuál es la calle por la que hay que ir y echamos por fin a andar. En cuanto me alejo del centro la cosa cambia y casi no hay nadie en las calles. Enseguida termina la ciudad y aparece por fin el verde…
Poco después el Camino transcurre por la ladera de una montaña mientras un mar de nubes cubre el fondo del valle. El paisaje hace olvidar rápidamente el caos vivido en el centro de Oviedo.
Todo el día es una sucesión de bosques, prados y pequeños núcleos de población, con subidas y bajadas pero sin ningún alto a destacar. De vez en cuando voy encontrando otros peregrinos, muchos de ellos extranjeros. Siempre me sorprende la cantidad de gente que viene desde muy lejos para dedicar sus vacaciones a hacer el Camino de Santiago. En un bar en el que he parado a desayunar tenía, por ejemplo, a tres brasileños en la mesa de al lado.
Se ven a menudo manzanos de las variedades usadas para la elaboración de sidra. No grandes plantaciones sino unos cuantos árboles cada vez, probablemente para la producción casera de la bebida asturiana por excelencia. A finales de septiembre es justamente la época en que se recolectan, por eso ahora los árboles están cargados de manzanas.
Y así he llegado a Grado, la población más importante de la etapa aparte de Oviedo. Era día de mercado y he aprovechado para comprar algo para la cena ya que el albergue al que voy está aislado y no tiene ningún bar ni tienda cerca.
Pasado Grado solo quedan tres kilómetro, casi todos de subida, para llegar a San Juan de Villapañada donde está el albergue. Es un núcleo de cuatro casas elevado y con bonitas vistas sobre el valle. El albergue es pequeño y sencillo pero su hospitalero, Domingo, es excepcional y consigue crear un ambiente fantástico. Para ser el primer día no ha estado nada mal.
Balance del día: 32,7 km y 465 m de desnivel positivo acumulado
Te felicito, para ser la primera etapa te has empleado a fondo.A ese ritmo te va a faltar Camino.
Muchas gracias!!
Que buen comienzo! Que pena que Oviedo estuviese sucio porque creo que es la ciudad más limpia de España, tiene incluso varios premios. Que disfrutes mucho de Asturias, es maravilloso!
No te preocupes que ya sé que Oviedo es precioso, fue un día excepcional. Gracias por los ánimos !