Empiezo en la plaza mayor porticada de Amer. Desde aquí, para rencontrar la vía verde, de la que nos habíamos desviado para acceder al casco histórico de la villa, hay que tomar la calle Narcís Junquera que, tras pasar bajo un arco, nos lleva al Monasterio de Santa María de Amer, fundado en el siglo X aunque el edificio ha sufrido múltiples transformaciones posteriores. Pasado el templo se gira a la izquierda por la calle Mossen Cinto Verdaguer y luego a la derecha por la Pujada de l’Estació que nos lleva directamente a la antigua estación del carrilet.

A partir de la estación, reutilizada como dependencias municipales, nos incorporamos al itinerario de la vía verde que ya no abandonaremos en toda la etapa de hoy. En cuanto dejamos la población atrás el camino transcurre entre frondosos bosques de hayas, robles y encinas, muy diferente al paisaje de llanuras agrícolas predominante en la etapa anterior entre Girona y Amer.

A las afueras de Amer, a unos 3 kilómetros desde el inicio de la etapa, un desvío a la derecha nos acerca a la Font Picant, una fuente natural de agua con gas que se embotella y comercializa desde hace más de un siglo. Más adelante, al cruzar un viaducto, tenemos a la izquierda una bonita vista de la montaña del Far, con forma «molar» característica y sobre la que se emplaza un Santuario del siglo XI.

El primer pueblo que atravieso es Les Planes d’Hostoles. Cómo en otros núcleos atravesados por este antiguo ferrocarril el recorrido nos lleva por los límites del casco urbano y sólo si queremos entrar en la población debemos abandonar la ruta señalizada y dirigirnos hacia el centro histórico.

Tras cruzar la carretera de entrada a Les Planes d’Hostoles el carrilet pasa por un puente sobre el río Brugent desde el que se divisa debajo una zona ideal para el baño. Un sendero señalizado como Gorg de Can Poetí permite descender a esta poza que en días calurosos sería perfecta para refrescarse. Hoy el tiempo no acompaña, pero sigue siendo un lugar ideal para un descanso antes de proseguir la ruta.

La vía verde da un gran rodeo alejándose del pueblo para acabar acercándose nuevamente al casco urbano en el extremo opuesto de la población. Después continúa avanzando entre bosques de forma más o menos paralela al río Brugent al que vuelve a aproximarse unos kilómetros después en otra zona ideal para descansar o para darse un baño en un día de calor.

El siguiente pueblo es Sant Feliu de Pallerols. Aquí el carrilet si que atraviesa por el casco urbano y en algún tramo la vía verde es una calle más del municipio. Al pasar por el edificio de la antigua estación veo que ha sido reconvertido en un bar, así que decido parar a comerme un bocadillo.

Los siguientes kilómetros combinan tramos de bosque con otros más agrícolas en los que además de circular junto a campos sembrados se pasa también por algunas masías magníficas.

Unos 4 kilómetros después de Sant Feliu de Pallerols encontramos la iglesia románica de Sant Miquel de Pineda junto a la cual una pareja escocesa ha reconvertido el edificio de la antigua rectoría, de más de 800 años de antigüedad, en una casa de turismo rural. El conjunto de los dos edificios y el entorno en el que se enclavan son espectaculares y, aunque hoy pase de largo, espero volver y tener algún día la oportunidad de alojarme.

En el kilómetro 20 de la etapa la vía verde desemboca en una carretera asfaltada. Es un tramo de carretera en desuso dado que se ha construido una alternativa y durante unos dos kilómetros se anda por ella. En los primeros 500 metros de carretera se asciende a un alto, el Coll d’en Bas. En realidad durante todo el día hemos ido ascendiendo de forma suave pero constante y este tramo solo supone un ascenso un poco más abrupto durante esos 500 metros hasta culminar en el punto más elevado de toda la etapa, en el que hay una antena de comunicaciones. A partir del collado empieza el descenso hacia el valle conocido como Vall d’en Bas y poco después abandonamos el asfalto para volver al sendero de tierra habitual de la vía verde.

Los últimos 3,5 kilómetros son realmente preciosos, entre campos, bosques y masías de este pintoresco valle. Desde la salida de Girona en la etapa anterior el Camí de Sant Jaume circula durante más de 50 km siguiendo la ruta del carrilet, el antiguo ferrocarril Girona-Olot, y, aunque todo el recorrido es muy bonito, estos últimos kilómetros son especialmente memorables.

Y finalmente llego a Sant Esteve d’en Bas, núcleo principal del valle. El camino rodea el casco urbano siguiendo una riera y tras cruzarla se convierte en la calle de l’Andana. Si seguimos las indicaciones de la vía verde continuaríamos por esta calle y a aproximadamente un kilómetro de aquí, a las afueras del pueblo, pasaríamos por el albergue de la Vall d’en Bas. En mi caso no sigo la señalización sino que por la calle Santa Anna entro en la parte antigua del pueblo hasta llegar al ayuntamiento y la Plaza Mayor, donde finalizo la etapa.

Balance del día: 25,3 km con 451 m de desnivel positivo acumulado.
Tiempo en movimiento 4 h 14’ y tiempo total 5 h 47’
Puedes ver el track en Wikiloc aquí.